POEMA URBANO
La mañana huele a gasolina,
los coches danzan a mi alrededor
ebrios de locura.
El niño atraviesa la calle
sobre un paso cebra
su madre le da la mano, le da
el corazón.
Un sonido metálico aúlla entre
las esquinas,
la ciudad se extiende
humo pululante
de las horas.
Cruzo el puente con lentitud,
apenas me quedan fuerzas
pero mi casa está cerca.
Palma, Agosto 2012