28 de agosto de 2012


POEMA URBANO


La mañana huele a gasolina,
los  coches danzan a mi alrededor
ebrios de locura.

El niño atraviesa la calle sobre un paso cebra
su madre le da la mano, le da el corazón.

Un sonido metálico aúlla entre las esquinas,
la ciudad se extiende
humo pululante
de las horas.

Cruzo el puente con lentitud,
apenas me quedan fuerzas
pero mi casa está cerca.



                                                                                  Palma, Agosto 2012